martes, 16 de noviembre de 2010

De Rojo y Azul.


Se amaron con urgencia. La electricidad de un amor relámpago les condujo a una felicidad instantánea. Vertiginosos, libres y dispuestos volaron por los caminos. A alta velocidad atravesaron fronteras y anduvieron ciegos por la extensión de sus pieles... Con cada rosa, miles de besos; con cada fresa, montón de sonrisas. Un mar de te quieros inundó sus días. Tantas morpho menelaus liberadas, jugando traviesas, seguidas por labios y dedos. Sin frenos se aventuraron a la breve conquista de un sueño profundo. Entregados, ansiosos, ignoraron la tormenta. De repente, la realidad les impactó de un costado, robándole el control escaso. No pudieron detenerse a tiempo. El cielo de sus ojos se nubló de inmediato, y atada a su mano se aferraba a la vida que le regaló. Llovió rubíes su cuerpo. Y zafiros desnudos colgaban de su pecho. Sentía flotar, y en la liviandad de un suspiro se desvanecía. "No me dejes", suplicaba. Un torbellino cruzó sus mentes, mientras él intentaba retenerle en sus brazos. Se escuchaba lejano el llanto quejoso de una sirena. La sombra le ganaba al cuerpo. El frío vencía al beso. Buscó, ávido, las luces. Les veía venir. "Espera un poco" le repetía. "Apenas un poco". De rojo y azul se vistió la noche, de silencio y de agonía, de multitud y de preguntas. En apenas un instante, perdía el tesoro que más quería...

sábado, 30 de octubre de 2010

Ni Una Pulga Da

Conoció su piel. Se nutrió de ella. Esa dorada tarde se aferró a su dermis, clavando sus fauces, con tanta intensidad, como si al ocultarse el sol se escaparía con la luz, la dicha. Lo poseyó voraz. Y allí permaneció cada día. Jamás se separaría de él. De ese diario manjar que le alimentaba con su epitelio. Degustaba, deglutía, se relamía de tanto placer robado. Le consumía. Cada sorbo de su sangre, cada célula muerta, cada milímetro de sí, le llenaban de vigor, le hacia más vivaz. Sin embargo cada trago, cada jornada, agotaba inexorablemente un poco su fuente. No quería otra piel. Sólo esa. Era tersa, suave, cálida, perfecta. Con un sabor único, y una vitalidad inigualable. Había probado tantas y ninguna era como aquella. Decidió no soltarle jamás. Sólo comería de él, de sus tejidos, su fibra, su energía. Y así sucedió. Nunca más le liberó. En un hedonista festín por horas interminables, persistía, libando insaciable... Hasta que un amanecer le robó la humedad de sus labios, le sorprendió el sol con la boca seca... Se había desvanecido aquel sabor embriagante, la tersura se convirtió en aspereza. Nada más qué devorar. La aridez cubrió su angustia. Ni una gota, ni una pulgada que absorber, apenas un aroma, un remanso tormentoso, una inmensa sed que paralizó su avidez...

martes, 12 de octubre de 2010

En físico...

¿Cuántos teslas esconde tu perfume? Con cuánta fuerza me atraes y me lanzas en caída libre cada vez que tus ojos reposan en los míos. Este deseo de conocer tu masa, de vencer la fricción de mis dedos en tu superficie, anula la inercia de mis pensamientos, me regresa al ensayo... El corazón se me divide en millones de quarks, cuando aceleras mi sangre al entrar en contacto con tus dimensiones. Atado a la centrípeta emanada de tu vientre, permanezco en eterno movimiento de traslación... Podría consumir mi energía con cada amperio oculto en tus yemas. Pueden tantos psi soportar mis venas, cuando susurras un "tal vez" en mis oídos... E inundas este espacio con los webers de tu presencia, que me mantienen suspendido, en tu área, en eterno ángulo recto, analizando tus coordenadas, esos datos que me permitan resolver satisfactoriamente tu ecuación...

sábado, 9 de octubre de 2010

Final?

Esa noche el cielo se hizo mar y cayó sobre mí. La luna se escondió de mis ojos. Las estrellas se habian ido contigo. Agoté mi última moneda en la misma vieja canción. Esa u otra, daba igual. Aquella melodía no me haría sentir mejor... Subí los grados un poco más. En un trago, quise ahogar mi memoria... Y apuré mi copa buscando el olvido. Creí poder borrar el rastro de tus besos con licor. Tu recuerdo aullaba en mi ser, y tu perfume premamecía clavado en mi piel... La noche prometía ser infinita, como el dolor que se habia aferrado a mis huesos. En un instante, mi mundo tembló. Flaquearon mis piernas. Extravié mi aliento. Un suspiro mortesino bordó mi boca. Un eco en mi cerebro repetía que no lo superaría esta vez. Un demonio me motraba sus garras .Un destello lejano...Titubee. "Está todo perdido". Me dije. De repente, sentí el fuego en mí. Alcé la mirada, descubrí en ese instante, como un nuevo sol, al final de la barra, despuntaba desde el balcón de su pecho.

martes, 7 de septiembre de 2010

Crucigrama

Ideas cruzadas, deseos encontrados. Así nos sorprendió la mañana de domingo. Yo tratando de acertar tus pistas. Tú, llenándome de sustantivos. Me mantiene este afán de llenar espacios vacíos. Medito mis posibilidades, mido mis opciones para no excederme. Procuro apurar un 2 horizontal, mientras insistes en aquel vertical. Una palabra incorrecta dañaría todo en un instante. No has podido sacarme de mis casillas, aún intento agotar las tuyas. Me devano el cerebro en sortear tus cuadrículas. Mientras sonries y escondes tus últimas blancas, una negrilla detiene mi verbo una vez más. Te has convertido en un juego interminable. Adjetivos, adverbios, preposiciones... verbos que no pasan a la acción. Proposiciones que no alcanzan el papel. Vocablos que se agotan en los labios. Tinta que no cubre la piel. Te colmaré con mis letras. Descifraré cada coordenada. Entre estrategia y conocimiento, entre ludopatía y batalla, las ganas se interceptan, los ojos se enredan tu inicial se entrelaza a mi vocal... La frase precisa. El término exacto. Yo satisfecho, tu plantilla repleta...

jueves, 26 de agosto de 2010

Tu Papalote

De tus manos me dispuse a volar. Me eché al viento atado a tus dedos. Alcancé las nubes, quizá una estrella, para bajártela y colgarla en tu pecho. Pasee en tu cielo, seguido por tus ojos. Bailé sobre ti procurando tu sonrisa. Con tus ojos en mí, levité. Suspendido en el aire, empecé a quererte. Liado a tu piel logré hacerte feliz. Te observaba desde arriba, suspirabas desde allí. Unidos por el sedal. Ese que agitabas a tu antojo para hacerme subir más... Y más alto llegué, donde tu deseo pudo llevarme. Prescindiendo de alas toqué tu firmamento. Escribí tu nombre entre las nubes y un te quiero escondido en el azul... Cuando caiga el sol me enredarás. Me acercaré a ti un poco más. Volveré a tierra. Esperaré vuelvas a elevarme... Sólo tú me has hecho un papalote...

jueves, 19 de agosto de 2010

Un Circo


Bajo la carpa había un mundo que juntos conquistamos. Saltando sin red, de trapecio a trapecio, jugábamos libres, como niños, como animales, como cómplices... Reímos de las payasadas de siempre, las nuevas, improvisadas, nuestras. Entré en tu jaula y domé tus leones. Degustamos el fuego, el filo de los sables... Entre acrobacias y malabares nos burlamos de la cotidianidad y de la rutina cada mañana. Atravesaba cada tanto tus aros encendidos con la única idea de arrancarte una sonrisa, o tal vez un aplauso. Perdidos en lúdicas contorsiones hacíamos saltar los miles de conejos de nuestros sombreros. Aquella noche me regalaste un As de corazones que ocultabas en tu manga. Siempre lograbas enternecerme con tu magia. Con tus trucos, tu prestidigitación en mi... Un circo en mi pecho ha vivido conmigo con cada minuto a tu lado... Develaste mi propio destino, leído en mis pupilas una tarde de plena función. Me enseñaste que la vida es pueril cuando el amor colma las horas. Hoy que se ha ido la caravana con la puesta del sol, me dejas las pulgas, la ilusión, el encanto. Un ensueño, un jolgorio, un deseo de no envejecer jamás.

lunes, 9 de agosto de 2010

A bordo

El viento te llevó allí. El agua y la sal bautizaron la entrega. Tu piel a cielo abierto mostró tu sol que quemó cuerpos desnudos... Estuve adentro. Formando parte de ti. Recorriéndote. Subió la marea, su espuma cubría cada palmo, cada rincón, cada espacio... Las nubes eclipsaron tus ojos miel, y un sabor amargo se alojó en tus labios. Se alejaron las golondrinas. El cielo se tornó gris y dio paso a la tormenta. Como un lastre que cae al mar, me deslice por entre tus piernas. Con un dolor que desgarraba mi alma y tu cuerpo, me decías adiós... Me aferraba. La olas me empujaban al fondo. Ya no era bienvenido a bordo... Tus labios quebrados dejaron escapar lo que pudo ser mi nombre... Fue entonces cuando cerraste tus dedos. Quisiste detenerme... Era demasiado tarde... La luz que invadiría tus días se desvaneció. El carmín tiñó mis lágrimas. Con un grito ahogado, me observabas temblorosa, escurrirme por el drenaje...

martes, 3 de agosto de 2010

Estrella


Fugaz. Como aquella estrella que desaparece en instantes del firmamento, llevándose este deseo a medio cumplir. Como la marea que vuelve una y otra vez a nuestras costas, dejando su refrescante sabor a sal. Rasgamos la noche con el afán de seguir jugando a la licantropía. La luna se hizo cómplice de esta nuestra locura. Las horas, agotadas como las razones para no volver, quedaron marcadas con tu olor. El sabor que te dejé permanecerá unos pocos días más... Allí... Donde no hay porqués. Donde tus excusas no encuentran asideros y caen de a poco, como pétalos de rosas, como nuestras ropas tras cada beso consumido... Las estrellas jugarán a arrancarnos deseos perdidos; nosotros, a caer rendidos. No hay certeza de un nuevo comienzo. No hubo pausas ni promesas. No hay esperanzas ni paciencia. Qué importa lo que pudimos pensar cuando descubrimos el sol en nuestras miradas. Sólo queda el perfume, un tremor, la suave luz de la alborada... Hasta que se borre esta sonrisa compartida. Hasta que la noche, la luna o la misma locura nos haga tropezar...

miércoles, 28 de julio de 2010

En la red

Tiritaba. De miedo, de frío, quién sabe. Sus vibraciones le enviaban un mensaje directo. Allí estaba. Cautiva. Se le acercó. Quizá babeó. Le observaba con sus miles de ojos, o quizá no le veía directamente. Sólo percibía como la luz se desvanecía ante su presencia inminente. Le rodeo con sus ocho brazos. Acarició su vientre. Cubrió su trémulo cuerpo. Temblaba aún. La seda le robó el frío. El miedo persistía. Había olvidado cómo llegó allí. Sólo recordaba el aire colarse entre brazos, su espalda, su libertad... Aún relamía el dulce sabor que encontró hace un par de horas. De esa fruta robada. Ya no sentía frío. Ni podía moverse. De pronto un abrazo firme y fuerte cubrió su cuerpo. Sintió algo parecido a un cálido beso... Un ardor recorrió su integridad. Suspiró. Si apenas podía. Había caído en su red... Era tarde ya. Le poseyó. Le consumió. Un zumbido colmó sus oídos. Un zumbido suplicante que convirtíose en susurro... un gemido que le envolvió de muerte...

domingo, 20 de junio de 2010

Soto-bosque

No estás, o por lo menos eso creo porque no puedo verte. Sin embargo, algo en mí es un poco tú, algo en ti fue un poco yo... No puedo negar la huella que impregnada permanece en mi piel. La sonrisa, la mirada o el andar... Algo se convierte en un espejo y me devuelve tu reflejo. Tal vez nunca te entendí del todo. Quizá nunca estuviste de acuerdo con todo lo que hacía. Y me dejaste. Libre. Siempre. Adentrarme en este "sitio poblado de arbustos". Me observabas de lejos, como espero lo hagas todavía. A veces desaprobando, otras con una sonrisa escondida. Aprendimos el uno del otro. A sanar heridas, a reinventar errores. No querías que fuese como tú, yo nunca lo fu. Llegar lejos, era la consigna, dónde nunca pudiste ir... para luego contarte todo. Ese fue el trato. Tu distancia me hizo caer en los primeros pasos, y eso dolía... Tu distancia me hizo independiente. Y ese era el plan... Sé que aunque tus reproches nunca terminan, algo de orgullo permanecerá en tu pecho... Porque aunque no pudiste controlarme del todo, sabes que llegué al lugar donde quisiste llevarme...

domingo, 13 de junio de 2010

Casi Lunes

Vuelve a llover, y yo me ahogo en la tierna rutina de pensarte. De nuevo el frío, mas recuerdo la calidez del último abrazo. Otra vez la noche, las estrellas retornan a mis ojos. Su brillo me devuelve las sonrisas. Colgadas todas por doquier, a causa tuya. Casi es lunes, todavía no me quejo. He dejado de odiar ese día. Trae consigo tu regreso. Con esa magia que te sobra y me regalas por instantes... Guardo en un cajón nuestras horas, sólo tú tendrás la llave. Ya vendrás a liberarles. Como mariposas volarán las sonrisas en este espacio usurpado, se posarán en nuestros labios procurándonos tantos besos. Volveremos a soñar... Te aguardo nuevamente, paciente, sin ansias, risueño, como siempre... Muere el domingo esta noche y ya no me lamento. Falta menos para tu retorno. Vendrá mañana, y contigo el sol... De color los días, de sonido el viento y de emociones nuevas, llenarás, este pecho...

lunes, 7 de junio de 2010

De Gato Negro

Aprendí a caer de pie. Ya nada podrá tumbarme. Voy trepando por tus tejados a espiarte en silencio. Aquella noche me escapé por la última puerta que encontré abierta. Ahora deambulo por tus horas, persiguiendo tu luna y tus estrellas. Te miro desde este rincón. Te escucho susurrar. Te invado sigiloso. Como un gato negro que solitario te ronda. Te espero a esta hora. No sé cuántas vidas me queden, pero ésta, podría gastarla contigo. He andado por muchas calles y veredas, siempre vuelvo a tu regazo para robarte el aliento mientras duermes. Para vigilar tus sueños... Mañana, cuando salga el sol, no estaré. Me ocultaré y descansaré. Volveré con el plenilunio. Me colaré por tu ventana. Fingirás dormir. Usurparé tu soledad. Invadiré tu intimidad. Me acariciaré con tus piernas, para luego lamer tu vientre dormido. Mirarás mis ojos. Acercándose desde la oscuridad. Llenando tus silencios. Me nombrarás en un suspiro. Murmullaré en tu oído. Me echaré a tu lado. Me pedirás que no me vaya jamás...

domingo, 16 de mayo de 2010

Antes de dormir.

Tengo en la piel un montón de palabras. Marcadas. Indelebles. Una extraña especie de braile que sólo tus dedos han sabido descifrar. Una peculiar historia escrita con labios y dermis. Ajenos. Extraños. Eventuales. Me has narrado con tus yemas, cada capítulo, cada pasaje, cada conflicto... Y yo, en mi rincón personal, a esta hora nocturna, evoco el eco de tus silencios... tus ojos atentos a cada letra, cada inflexión, cada signo... No ha sido necesario preguntar nada. He prescindido de explicaciones banales. Hemos comprendido el desarrollo de nuestro cuento. Descubierto allí, en esas líneas que describen el camino que toman nuestros sueños y deseos. Esos mismos que nos conducen a un paseo clandestino de mis letras y tus manos, de mis labios y tus ojos... Se hace tarde y hay que ocultarse otra vez... Cae la noche y es preciso regresar. Vamos, léeme un poco más. Avancemos un tanto más en esta historia. Descubramos como acaba... Lee. Léeme un poco antes de dormir...

viernes, 7 de mayo de 2010

Manos Sucias

Había perdido tiempo. Había derrochado energías. Habíase agotado mi fe, mis fuerzas y la paciencia que nunca tuve. Mis dedos arqueados, clavados allí, aferrado, adherido... Creí que si apretaba fuerte no caería jamás, pensé que si me mantenía firme nunca me perdería. Sin embargo, caí, bajo... Al fondo. Y me quedé solo entonces, con dolor en la articulaciones, con las manos sucias, y la misma pérdida... Comprendí que no estaba en mi control. Resistir al cambio, es resistir al paso del sabio tiempo... Dejé entonces andar la vida, permití el curso natural de las cosas... y fue cuando salió el sol, cuando entendí que fue mejor de esa forma. Los resultados eran los esperados, y me llevé gratas sorpresas. La luz quería entrar a mi casa y me había empeñado a permanecer en las sombras. El mundo estaba lleno de nuevas sonrisas y quise quedarme con aquella mueca mustia. Añeja. Marchita. Solté. Abrí mis manos, y lavé mis culpas... Exorcicé mis manos de sus fantasmas, extraje la mugre.. y Ahora las hallo dispuestas a tocar, a sentir, a crear... A recibir todo aquello que está por llegar...