lunes, 7 de junio de 2010

De Gato Negro

Aprendí a caer de pie. Ya nada podrá tumbarme. Voy trepando por tus tejados a espiarte en silencio. Aquella noche me escapé por la última puerta que encontré abierta. Ahora deambulo por tus horas, persiguiendo tu luna y tus estrellas. Te miro desde este rincón. Te escucho susurrar. Te invado sigiloso. Como un gato negro que solitario te ronda. Te espero a esta hora. No sé cuántas vidas me queden, pero ésta, podría gastarla contigo. He andado por muchas calles y veredas, siempre vuelvo a tu regazo para robarte el aliento mientras duermes. Para vigilar tus sueños... Mañana, cuando salga el sol, no estaré. Me ocultaré y descansaré. Volveré con el plenilunio. Me colaré por tu ventana. Fingirás dormir. Usurparé tu soledad. Invadiré tu intimidad. Me acariciaré con tus piernas, para luego lamer tu vientre dormido. Mirarás mis ojos. Acercándose desde la oscuridad. Llenando tus silencios. Me nombrarás en un suspiro. Murmullaré en tu oído. Me echaré a tu lado. Me pedirás que no me vaya jamás...

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