Memorias

Hace un poco más de diez años me embarqué en esa aventura, al lado de un gran equipo de soñadores y hadas mágicas... Invadimos el escenario con la energía propia de la adolescencia, y llenamos el lienzo blanco de colores, de matices, de luces, de destellos, de historias... Hamlet, Medea, Edipo, y otros tantos, se cruzaron en esa caja negra para contarnos sus pasiones a través de nuestros cuerpos... Un equipo que hoy recuerdo. Tantas experiencias. Tantos momentos. Con el sudor en las tablas, y el intenso destello de los reflectores, avanzábamos de la comedia a la tragedia, de la risa al amor, del valor a la locura... Este mes se suma un año más de aquel viaje que iniciamos esa noche. Ha habido tormentas desde entonces, también muchas puestas de sol, y otros tantos amaneceres... Hemos crecido, cada quien con sus sueños, con su propio camino, con su viaje particular... Pero en nuestras memorias siempre quedará ese barco, ese aprendizaje... y aquel grito a todo pulmón que nos invitaba a crear: "¡Sigan hacia el norte, siempre hacia norte!".

Sin intervenciones

Hoy no quiero buscar una excusa. No tengo por qué hallar una razón y tratar de explicarla. Sencillamente debo hacer. Actuar. Siguiendo las directrices de mi corazon y mi cabeza, basándome en la experiencia, en las probabilidades y en lo que considero correcto. Eso es lo que funciona. No tengo por qué complacer a nadie más que a mi mismo, ni procurar un método para dibujar sonrisas... Simple y llano... Sólo soy, sin artilugios, sin disfraces (al cuerno la octavita a destiempo) Las decisiones que tome serán mías y las consecuencias buenas y malas las sortearé yo... No buscaré culpables. No señalaré errores si los hubiere. No partiré del vacío... Ni te arrastraré con mi hastío. Lo que consiga lo compartiré contigo porque así lo desee, no porque deba hacerlo... y si caigo, y reviento en lágrimas, yo decidiré a quien mostraselas y con quien beberlas...