domingo, 20 de junio de 2010

Soto-bosque

No estás, o por lo menos eso creo porque no puedo verte. Sin embargo, algo en mí es un poco tú, algo en ti fue un poco yo... No puedo negar la huella que impregnada permanece en mi piel. La sonrisa, la mirada o el andar... Algo se convierte en un espejo y me devuelve tu reflejo. Tal vez nunca te entendí del todo. Quizá nunca estuviste de acuerdo con todo lo que hacía. Y me dejaste. Libre. Siempre. Adentrarme en este "sitio poblado de arbustos". Me observabas de lejos, como espero lo hagas todavía. A veces desaprobando, otras con una sonrisa escondida. Aprendimos el uno del otro. A sanar heridas, a reinventar errores. No querías que fuese como tú, yo nunca lo fu. Llegar lejos, era la consigna, dónde nunca pudiste ir... para luego contarte todo. Ese fue el trato. Tu distancia me hizo caer en los primeros pasos, y eso dolía... Tu distancia me hizo independiente. Y ese era el plan... Sé que aunque tus reproches nunca terminan, algo de orgullo permanecerá en tu pecho... Porque aunque no pudiste controlarme del todo, sabes que llegué al lugar donde quisiste llevarme...

domingo, 13 de junio de 2010

Casi Lunes

Vuelve a llover, y yo me ahogo en la tierna rutina de pensarte. De nuevo el frío, mas recuerdo la calidez del último abrazo. Otra vez la noche, las estrellas retornan a mis ojos. Su brillo me devuelve las sonrisas. Colgadas todas por doquier, a causa tuya. Casi es lunes, todavía no me quejo. He dejado de odiar ese día. Trae consigo tu regreso. Con esa magia que te sobra y me regalas por instantes... Guardo en un cajón nuestras horas, sólo tú tendrás la llave. Ya vendrás a liberarles. Como mariposas volarán las sonrisas en este espacio usurpado, se posarán en nuestros labios procurándonos tantos besos. Volveremos a soñar... Te aguardo nuevamente, paciente, sin ansias, risueño, como siempre... Muere el domingo esta noche y ya no me lamento. Falta menos para tu retorno. Vendrá mañana, y contigo el sol... De color los días, de sonido el viento y de emociones nuevas, llenarás, este pecho...

lunes, 7 de junio de 2010

De Gato Negro

Aprendí a caer de pie. Ya nada podrá tumbarme. Voy trepando por tus tejados a espiarte en silencio. Aquella noche me escapé por la última puerta que encontré abierta. Ahora deambulo por tus horas, persiguiendo tu luna y tus estrellas. Te miro desde este rincón. Te escucho susurrar. Te invado sigiloso. Como un gato negro que solitario te ronda. Te espero a esta hora. No sé cuántas vidas me queden, pero ésta, podría gastarla contigo. He andado por muchas calles y veredas, siempre vuelvo a tu regazo para robarte el aliento mientras duermes. Para vigilar tus sueños... Mañana, cuando salga el sol, no estaré. Me ocultaré y descansaré. Volveré con el plenilunio. Me colaré por tu ventana. Fingirás dormir. Usurparé tu soledad. Invadiré tu intimidad. Me acariciaré con tus piernas, para luego lamer tu vientre dormido. Mirarás mis ojos. Acercándose desde la oscuridad. Llenando tus silencios. Me nombrarás en un suspiro. Murmullaré en tu oído. Me echaré a tu lado. Me pedirás que no me vaya jamás...