domingo, 20 de junio de 2010

Soto-bosque

No estás, o por lo menos eso creo porque no puedo verte. Sin embargo, algo en mí es un poco tú, algo en ti fue un poco yo... No puedo negar la huella que impregnada permanece en mi piel. La sonrisa, la mirada o el andar... Algo se convierte en un espejo y me devuelve tu reflejo. Tal vez nunca te entendí del todo. Quizá nunca estuviste de acuerdo con todo lo que hacía. Y me dejaste. Libre. Siempre. Adentrarme en este "sitio poblado de arbustos". Me observabas de lejos, como espero lo hagas todavía. A veces desaprobando, otras con una sonrisa escondida. Aprendimos el uno del otro. A sanar heridas, a reinventar errores. No querías que fuese como tú, yo nunca lo fu. Llegar lejos, era la consigna, dónde nunca pudiste ir... para luego contarte todo. Ese fue el trato. Tu distancia me hizo caer en los primeros pasos, y eso dolía... Tu distancia me hizo independiente. Y ese era el plan... Sé que aunque tus reproches nunca terminan, algo de orgullo permanecerá en tu pecho... Porque aunque no pudiste controlarme del todo, sabes que llegué al lugar donde quisiste llevarme...

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