lunes, 30 de junio de 2008

Volví...

Guardé silencio. Esa tarde lluviosa. Apreté los dientes y callé. Tenía mucho que decir, que contar... Preferí sentarme quieto a esperar ese momento que creí perfecto. Nunca llegó. O mejor dicho, sí llegó. Llegaron muchos minutos y pasaron de largo, sólo porque yo no los etiqueté de "perfectos"... Y se fue la semana, el mes, el tiempo... mientras, enmudecido por voluntad propia, vagué por las horas. Siempre he creido que si no tenemos nada inteligente que decir, es mejor callarse... Pero si tienes algo inteligente que decir, no lo guardes para el momento preciso, sólo dilo... alguien lo leerá, alguien te oirá, y para ese alguien... será el momento perfecto de tenerlo...
Hoy he vuelto a retomar mis letras, mi teclas... y dejo que mis dedos esteriles vuelvan a dibujar espacios, vidas, recuerdos en este pequeño espacio... Para qué seguir en este estupido voto de silencio a drede... Volví!... No sé si es el momento correcto, pero aqui voy otra vez a la cacería de la perfección...