sábado, 30 de octubre de 2010

Ni Una Pulga Da

Conoció su piel. Se nutrió de ella. Esa dorada tarde se aferró a su dermis, clavando sus fauces, con tanta intensidad, como si al ocultarse el sol se escaparía con la luz, la dicha. Lo poseyó voraz. Y allí permaneció cada día. Jamás se separaría de él. De ese diario manjar que le alimentaba con su epitelio. Degustaba, deglutía, se relamía de tanto placer robado. Le consumía. Cada sorbo de su sangre, cada célula muerta, cada milímetro de sí, le llenaban de vigor, le hacia más vivaz. Sin embargo cada trago, cada jornada, agotaba inexorablemente un poco su fuente. No quería otra piel. Sólo esa. Era tersa, suave, cálida, perfecta. Con un sabor único, y una vitalidad inigualable. Había probado tantas y ninguna era como aquella. Decidió no soltarle jamás. Sólo comería de él, de sus tejidos, su fibra, su energía. Y así sucedió. Nunca más le liberó. En un hedonista festín por horas interminables, persistía, libando insaciable... Hasta que un amanecer le robó la humedad de sus labios, le sorprendió el sol con la boca seca... Se había desvanecido aquel sabor embriagante, la tersura se convirtió en aspereza. Nada más qué devorar. La aridez cubrió su angustia. Ni una gota, ni una pulgada que absorber, apenas un aroma, un remanso tormentoso, una inmensa sed que paralizó su avidez...

martes, 12 de octubre de 2010

En físico...

¿Cuántos teslas esconde tu perfume? Con cuánta fuerza me atraes y me lanzas en caída libre cada vez que tus ojos reposan en los míos. Este deseo de conocer tu masa, de vencer la fricción de mis dedos en tu superficie, anula la inercia de mis pensamientos, me regresa al ensayo... El corazón se me divide en millones de quarks, cuando aceleras mi sangre al entrar en contacto con tus dimensiones. Atado a la centrípeta emanada de tu vientre, permanezco en eterno movimiento de traslación... Podría consumir mi energía con cada amperio oculto en tus yemas. Pueden tantos psi soportar mis venas, cuando susurras un "tal vez" en mis oídos... E inundas este espacio con los webers de tu presencia, que me mantienen suspendido, en tu área, en eterno ángulo recto, analizando tus coordenadas, esos datos que me permitan resolver satisfactoriamente tu ecuación...

sábado, 9 de octubre de 2010

Final?

Esa noche el cielo se hizo mar y cayó sobre mí. La luna se escondió de mis ojos. Las estrellas se habian ido contigo. Agoté mi última moneda en la misma vieja canción. Esa u otra, daba igual. Aquella melodía no me haría sentir mejor... Subí los grados un poco más. En un trago, quise ahogar mi memoria... Y apuré mi copa buscando el olvido. Creí poder borrar el rastro de tus besos con licor. Tu recuerdo aullaba en mi ser, y tu perfume premamecía clavado en mi piel... La noche prometía ser infinita, como el dolor que se habia aferrado a mis huesos. En un instante, mi mundo tembló. Flaquearon mis piernas. Extravié mi aliento. Un suspiro mortesino bordó mi boca. Un eco en mi cerebro repetía que no lo superaría esta vez. Un demonio me motraba sus garras .Un destello lejano...Titubee. "Está todo perdido". Me dije. De repente, sentí el fuego en mí. Alcé la mirada, descubrí en ese instante, como un nuevo sol, al final de la barra, despuntaba desde el balcón de su pecho.