domingo, 16 de mayo de 2010

Antes de dormir.

Tengo en la piel un montón de palabras. Marcadas. Indelebles. Una extraña especie de braile que sólo tus dedos han sabido descifrar. Una peculiar historia escrita con labios y dermis. Ajenos. Extraños. Eventuales. Me has narrado con tus yemas, cada capítulo, cada pasaje, cada conflicto... Y yo, en mi rincón personal, a esta hora nocturna, evoco el eco de tus silencios... tus ojos atentos a cada letra, cada inflexión, cada signo... No ha sido necesario preguntar nada. He prescindido de explicaciones banales. Hemos comprendido el desarrollo de nuestro cuento. Descubierto allí, en esas líneas que describen el camino que toman nuestros sueños y deseos. Esos mismos que nos conducen a un paseo clandestino de mis letras y tus manos, de mis labios y tus ojos... Se hace tarde y hay que ocultarse otra vez... Cae la noche y es preciso regresar. Vamos, léeme un poco más. Avancemos un tanto más en esta historia. Descubramos como acaba... Lee. Léeme un poco antes de dormir...

No hay comentarios: