lunes, 9 de agosto de 2010

A bordo

El viento te llevó allí. El agua y la sal bautizaron la entrega. Tu piel a cielo abierto mostró tu sol que quemó cuerpos desnudos... Estuve adentro. Formando parte de ti. Recorriéndote. Subió la marea, su espuma cubría cada palmo, cada rincón, cada espacio... Las nubes eclipsaron tus ojos miel, y un sabor amargo se alojó en tus labios. Se alejaron las golondrinas. El cielo se tornó gris y dio paso a la tormenta. Como un lastre que cae al mar, me deslice por entre tus piernas. Con un dolor que desgarraba mi alma y tu cuerpo, me decías adiós... Me aferraba. La olas me empujaban al fondo. Ya no era bienvenido a bordo... Tus labios quebrados dejaron escapar lo que pudo ser mi nombre... Fue entonces cuando cerraste tus dedos. Quisiste detenerme... Era demasiado tarde... La luz que invadiría tus días se desvaneció. El carmín tiñó mis lágrimas. Con un grito ahogado, me observabas temblorosa, escurrirme por el drenaje...

1 comentario:

Anónimo dijo...

Este anónimo cree que es la primera vez que lee cierto palabro en este blog. ¿Estamos cambiando algunas formas o los fondos ya no nos satisfacen?