domingo, 24 de agosto de 2008

Hoy llueve...

Mientras llueve y la ciudad se lava la cara... (o se embarra un poco más) me arrellano en mi rincón para oír la melodía que regalan las tantas gotas celestiales... Me gusta la lluvia. Aunque digan que es un estimulo neutro. Es relajante ver la danza de agua por la ventana o desde el balcón... Otros estarán furiosos porque tenian que salir y las lluvia no los dejó, o porque estaban en la playa tostandose al sol. Algunos felices porque... no sé, por cualquier razón... Cada quien tendrá su particular relación con la lluvia. Hoy, a mí, me gusta, porque estoy en casa, porque puedo dormir, y porque sencillamente me brinda la paz que necesito para ubicar mi cabeza sobre los hombros. He empezado a observar un camino por el cual puedo y quiero andar. Un camino un tanto desconocido, un tanto riesgoso, pero tan llamativo... Que la lluvia de hoy arrastre las piedras, limpie mis ideas y haga florecer y reverdecer la esperanza, esa que había perdido con algunos hechos... Y que poco a poco se ha asomado de nuevo serenamente. Hoy creo, hoy confio, hoy estoy... Hoy llueve...Mañana habrá sol.

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