sábado, 19 de julio de 2008

En la próxima parada

En el camino de la vida, vamos andando de a poco, a veces rápido, otras con más calma. Muchas veces con las riendas bien sujetas, en tandas con el piloto automático encendido, (que ayuda un poco y de a ratos estorba) Y ahí vamos en este bus amarillo recorriendo las horas y los caminos que nos toca vivir y conocer... Con los compañeros de siempre, con algunos nuevos, que van abordando a lo lago del trayecto... Nuestro corazón, nuestra agenda de teléfono, nuestra vida, como de este bus, entran y salen personas con el paso de los días. Hay quienes se bajan o se suben voluntariamente, los hay también a quienes tenemos que darles algunas vueltecillas para que se decidan subir al particular "medio de transporte"... y no pueden faltar aquellos a quienes quisiéramos echar por la ventanilla de un sólo zarpazo (aunque no podamos, por los momentos) Pero sea como sea seguimos y seguimos... El camino es infinito y el viaje aun muy largo. No hay tiempo para detenerse, con mucho más por recorrer... Aunque para ser franco, me hubiese gustado tantísimo que nunca te quedaras... Te bajaste y no pude evitarlo, así como me fue imposible detenerme por tí... Seguí avanzando, y te dejé atrás... Miro en mi retrovisor y ahora no te veo, sin embargo observo muchos pasajeros felices, a quienes adoro también, mientras cantan, duermen, juegan, existen y viajan plácidos junto a mí... entonces sonrío y toco la bocina... Nah! Quizá te encuentre en la próxima parada...

No hay comentarios: