martes, 10 de julio de 2007

Self-ficiente

Si bien es cierto que los hombres somos animales sociales, tambien es cierto que algunos logramos desarrollar la capacidad de desenvolvernos sin tener la necesidad de depender de otros. Disfrutar de la soledad, ser capaces de sonreir y ser felices, sin que esa felicidad necesite obligatoriamente la presencia o anuencia de un semejante. Reconozco que es muy rico cuando tu sonrisa es producto del esfuerzo o de algún acto voluntario de alguien especial... pero puedo sonreir y divertirme de cualquier cosa realmente, siempre le veo el lado positivo a los hechos sin pasar a analizar si fuese mejor o peor con alguien al lado; sin embargo debo aclarar y asegurar que es muy agotador hacerlo todo por mi propia cuenta... Así que si de confesión se trata, en algunas ocasiones es más fácil si cuentas con un par de hombros, unos ojos tristes que lloran contigo, o esa sonrisa mágica que te contagia con otra... Lo cierto es que estoy agotado de ser "selfciente", a veces quiero dejarme caer esperando que sus manos me levanten, o que su boca pronuncie la palabra precisa para hacerme volver a creer, o que esos labiecitos dibujen un prisma a través de un beso... Bué... mientras tanto seguiré andando sin esperar más, que me sorprenda una tarde sin plan, y sino lo hace, estoy convencido de que no necesito su actuar para seguir siendo feliz...

1 comentario:

Anónimo dijo...

La parte linda de este cuento es que sabes que eres self-eliz. Sí, comparto eso que damos en llamar la "necesidad" del otro, definitivamente es más lindo cuando es de dos, pero sólo tú conoces el camino y tienes la responsabilidad de guiar al auriga o manejar.